
Un día como hoy, pero de 1984, Augusto Pinochet afronta el repudio de los habitantes de Punta Arenas, en un episodio que pasa a la historia como Puntarenazo. El dictador chileno visita una de las ciudades más australes del país, donde la manifestación popular lo recibe con insultos, gritos de "¡Asesino!" y consignas contra su régimen. Incluso le arrojan un conejo muerto, que le mancha el uniforme. Hay 16 detenidos, en lo que representa uno de los hechos significativos de resistencia a la dictadura.